ENTRE CORCHEAS
Esta es la historia del famoso director Van Helseen y su ajetreada vida campestre. Cualquier coincidencia con la realidad será gustosamente bienvenida.Era una hermosa tarde de primavera. Los pajaritos cantaban con deleitable melodía y las flores reverberaban al unísono de la orquesta municipal. Un perro se paseaba no más campante por las gradas del anfiteatro y había elegido un poste indicador como árbol premiado, desprendiendo una enorme masa parduzco-claro, cuyo aroma a más de uno cautivó.
Observé hacia delante. En el medio de una patética equivocación, el fagot había desentonado y el director de orquesta lucía abochornado por el suceso. Enseguida el primer violín se entusiasmó y, en lugar de tocar un la bemol, ejecutó un asonante si en séptima, que restó semisorda a la audiencia...entonces Van Helseen resolvió tomar una drástica medida: hizo detener la orquesta y, en medio del silencio aterrador, confesó que se acostaba con la hija del comisario de la décima, quien se hallaba junto a su padre, en primera fila. Mientras le hacía muy torpes guiñadas a la joven para que ascendiera, los espectadores abrían sus ojos bien en grande. ¡No lo podían creer! ¿No era que dormía con la esposa? Cuando la morocha se hubo ubicado al lado del director, ambos se abrazaron con un entusiasmo que no parecía fingido. Entonces todos vieron levantarse al comisario - furioso, blandiendo el enorme machete, que su tatarabuelo había depositado en sus manos cuando él contaba... tan sólo con cinco años: aquel niño precoz juró desde entonces que la vocación de su vida sería servir a su ciudad y su patria...Ya juntos padre, hija y yerno, el comisario - manifestó su repudio y gran indignación porque sólo Van Helseen tuviera la oportunidad de desnudarse en público. Y allí, a grito pelado, reveló en total primicia para la audiencia que era gay. Y que se acostaba con el sobrino de Van Helseen , el pelirrojo que desde el palco los saludaba.Esta es la historia del famoso director Van Helseen y su ajetreada vida campestre. Cualquier coincidencia con la realidad será gustosamente bienvenida.Era una hermosa tarde de primavera. Los pajaritos cantaban con deleitable melodía y las flores reverberaban al unísono de la orquesta municipal. Un perro se paseaba no más campante por las gradas del anfiteatro y había elegido un poste indicador como árbol premiado, desprendiendo una enorme masa parduzco-claro, cuyo aroma a más de uno cautivó.
Mientras el aludido subía moviendo sus caderitas, exaltado, Van Helseen y el comisario se abrazaron emocionados.¡Sus familias finalmente podrían unirse! Tan gratas sorpresas no se daban todos los días. Cuando Alejandro ingresó al escenario, el comisario lo sacudió de los hombros, cimitarra en mano y ambos se dieron un chupón que hizo fuerte estridencia. Todos los espectadores volvieron la cara, enojados; y, ante el pedido del público, el sargento de caballería Otto Perinol, miembro de la guardia vieja republicana, decidió clausurar el anfiteatro por ataque alevoso a las elementales normas de cortesía y buenas costumbres: en efecto, antes de proceder a la efusiva demostración, el comisario debió haber presentado al muchacho en sociedad.... Un error, por cierto imperdonable. Y de todo ello tenía la culpa Van Helseen, quien, como centro y promotor del espectáculo, había tenido que informar a las autoridades impertinentes el detalle completo de la programación. Fue así como a los cuarenta y cinco años, Van Helseen, sin experiencia previa en el ramo, ingresó a la cárcel, donde se le instaló un régimen de terror: custodiado día y noche por guardias que le hablaban aún por las noches sin dejarle cerrar un ojo,únicamente pudo acceder al uso de un televisor once pulgadas, blanco y gris, porque tampoco llegaba a negro. En compensación, tuvo opción a quedarse con cuatro mujeres bellísimas, una por luna, que le harían las delicias en la cama. Pero Van Helseen, fiel a su tradición monogámica, las rechazó a todas, ya que había elegido para su vida la hija del comisario, la cual llegaba todas las noches a verlo, pero era tanta su tentadora hermosura y su predilección por los uniformados que, de tanto pasar de oficial en oficial, cuando conseguía poner un pie en la celda estaba tan exhausta que ya no quería nada...¡Pobre Van Helseen! Fue ella quien, luego de haber estado sacudiéndose con un oficial recién venido de la Antártida, la que le pegó aquella maldita tos, que le duraría la vida entera.
Como pago a todos estos servicios y facilidades, Van Helseen debía saltar una hora seguida a la cuerda, para luego correr una maratón equivalente a ochenta cuadras. Y con el resto de la energía que le quedaba, un encuentro de boxeo con los más musculosos presos de la penitenciaría. Después...después sí podría gastar el sobrante en diversiones varias: ping, pong, ajedrez, cartas, pulseadas...todo lo cual Van Helseen, que adoraba divertirse, aún cansado nunca desechó.
Fue por eso que día a día, mes a mes, fue tornándose más y más flaco. Apenas se le veían los huesos, apareciendo más una radiografía que un ser humano. Finalmente arribó el momento tan anunciado por algunos astrólogos, metafísicos y estudiosos del genoma humano: en medio del absoluto silencio de la noche y sin pompa de ninguna clase, Peter Van Helseen, Pete para los más íntimos, alcanzó la invisibilidad. ¡Había hecho realidad el sueño de Hugo G. Wells!, pero claro, en circunstancias muy poco recomendables..Nadie era capaz de percibirlo a no ser por aquella tocecita estúpida o por el constante jadeo que había caprichosamente adoptado en los momentos de supremo cansancio. Tiempo después, incluso el jadeo y la tos cesaron y tan solo se oía una leve voz, que hablaba consigo misma de tresillos, sostenidos y becuadros, empero muy lejana. Como proveniente de otra dimensión.... hasta que ni siquiera eso se escuchó. Sencillamente...¡Desapareció del mapa! Por más que se hicieron pesquisas por toda la prisión, fue inútil el intentar hallarlo. Todo lo que habían conseguido averiguar eran dudosos testimonios de algunas personas que habían afirmado escuchar sus tambaleantes pasos durante el recreo o su risita, una risita inconfundible pero muy débil, en los momentos en que el televisor comunal presentaba sus programas favoritos.
Y eso era todo. Si bien los primeros tiempos era posible encontrarlo por el sonido emitente, ahora aquel eco lejanísimo ya no conducía a ninguna
parte y pronto la policía, los encargados de la prisión y sus amigos y familiares más allegados perdieron toda esperanza de hallarlo. La única que continuó visitando la prisión en forma continuada e incondicional fue su novia Con la misma sonrisita ingenua de siempre, todas las noches se aparecía a eso de las diez como era su costumbre,
recién bañada y apenas seca porque odiaba usar la toalla, parecía una pasa de ángel pasada por agua; después de ser pasada también por varios uniformes impecables, emitía un apasionado recorrido por toda la cárcel v visitando cada celda por fuera, cada corredor, cada pabellón ...para regresar siempre con las manos vacías y con las orejas repletas de promesas de amor de aquellos delincuentes que ha-
bían jurado protegerla, cuidarla, amarla, mimarla , poseerla o violarla, según la patología y peligrosidad.
Ella era un símbolo, un bastión. Al verla, todos guardaban en su corazoncito la esperanza de que Van Helseen sería encontrado de alguna manera, en alguna parte. Fue por eso que cuando ella aflojó y tiró la esponja, todos lo sintieron como un golpe duro y muy difícil de sobrellevar, especialmenteparte y pronto la policía, los encargados de la prisión y sus amigos y familiares más allegados perdieron toda esperanza de hallarlo. La única que continuó visitando la prisión en forma continuada e incondicional fue su novia Con la misma sonrisita ingenua de siempre, todas las noches se aparecía a eso de las diez como era su costumbre,
recién bañada y apenas seca porque odiaba usar la toalla, parecía una pasa de ángel pasada por agua; después de ser pasada también por varios uniformes impecables, emitía un apasionado recorrido por toda la cárcel v visitando cada celda por fuera, cada corredor, cada pabellón ...para regresar siempre con las manos vacías y con las orejas repletas de promesas de amor de aquellos delincuentes que ha-
bían jurado protegerla, cuidarla, amarla, mimarla , poseerla o violarla, según la patología y peligrosidad.
los compañeros de celda, a quienes el director de orquesta les había caído sumamente simpático y quienes todos los días en los recreos mientras jugaban a la paleta, a las cartas, a la pelota, se intercambiaban drogas o planeaban algún intento de fuga con la mayor número de bajas y sufrimiento posibles dentro de los guardias, agudizaban sus oídos para vislumbrar algún signo, alguna señal que denunciar la presencia de aquel querido compañero que los había hecho reír con sus historias absurdas, inverosímiles. Pero que los sacaba de aquel ambiente tan lamentable.
Entonces se los tuvo que dar por desaparecido. El Director de la prisión, Mr Equis y Griega, llamó a sus familiares más lejanos y les explicó lo más incoherentemente que pudo y con gran lujo de detalles, aquella locura de la que había sido testigo, pero seguía sin creer del todo, merced a su educación escéptica ,racionalista y conservadora: es decir estúpida.
Un buen día alguien en la prisión escuchó por onda corta que en Bruselas un director de orquesta se había hecho famoso por ser invisible y que durante los conciertos de la filarmónica era alucinante contemplar como la varita se movía de un lado hacia otro sin aparente control. Entonces sus compañeros ¡y los mismos guardias!, que también le habían tomado cariño, suspiraron con profundo alivio: ¡Estaba vivo!Entonces se los tuvo que dar por desaparecido. El Director de la prisión, Mr Equis y Griega, llamó a sus familiares más lejanos y les explicó lo más incoherentemente que pudo y con gran lujo de detalles, aquella locura de la que había sido testigo, pero seguía sin creer del todo, merced a su educación escéptica ,racionalista y conservadora: es decir estúpida.
Al otro día, arribó un cable urgente de Ansa. Por intentar hacerse nuevamente visible y mientras engullía una suculenta comida tras un exitoso concierto en Brujas, Van Helseen había perecido por indigestión.
JA JA COMO ESCRIBE EL FENOMENO EN EL CAMPO, QUERIDOS LECTORES. ESPERO SUS COMENTARIOS Y PRONTO IRAN VIDEOS DE LA VIDEOTECA.
Para ponernos un poco serios, como podrìa ir hacia mi videoteca e ilustrar este cuento? Con un video de un manicomio, un director de orquesta de Bruselas, el violin de Becho, Don Tigre el comisario de Juan el Zorro por Serafin J. Garcìa, un video pornogràfico, Son Ocho los Orozco de Leòn Gieco y entre ellos el fenòmeno? No sè, la verdad me ha desconcertado, je je.
AUNQUE SE MEREZCA LA SIGUIENTE SINFONIA Y DIRECTOR :
pequeño Modzu, "padrecito de los pueblos", Koba, que harìas si tubieras poder Van Helseen-fenòmeno?
No hay comentarios:
Publicar un comentario