Este será un artículo sobre los carnavales de oro de los 50 y la probable conexión entre murgas y cantantes trash y excelente música tropical cubana arribada al Uruguay, desconocida por las nuevas generaciones. Vamos, entonces, hacia las polémicas. La murgas traían el San Benito español de la definición de los diccionarios de la Real Academia, los que datan del siglo XVIII " malos cantantes que van a manguear a las casas de los acomodados ". Por tanto, pletóricas de cantantes trash espontáneos que salían a divertirse en los carnavales de antaño, tal como Rodolfo lo hacía en los boliches montevideanos por la década de los 90 del siglo anterior. Auténtica expresión del carnaval popular desde sus orígenes en Montevideo con la Gaditana que se va, dichos grupos satirizaban el "bel canto" y las vestimentas de las orquestas clásicas, óperas o coros, no imitándolas en el aprendizaje y educación de las de voces, los instrumentos o las vestimentas sino conformando el mundo del revés, propio de las esencias del carnaval. De ahí que hasta avanzados los 60 e incluso los 90, estos coros murgueros en su mayoría eran "malos cantantes" desafinados, con esas voces chillonas de los coupleteros, la voz del canillita que nos cantaba parecía desde el 900; adaptadas a gritar por la falta de micrófonos. A los sectores populares les gustaban las murgas. Sin embargo, al preguntarles por esos gustos, respondían casi siempre que a las murgas no se les entendía nada de lo que decían en la letra. Cuales las razones aún ya con el advenimiento de los micrófonos? A partir de los 60 y de los 90, cuando surgieron La Soberana o las murgas jóvenes, entre ellas la BCG, el panorama cambió hacia la profesionalización, el contacto con otros saberes y mundos, el del teatro, los cantantes líricos y el circo, lo que se tradujo en mejores y afiatadas voces y coros. Rodolfo nunca estuvo en contacto con las murgas pero perfectamente podría haber salido de aquéllas murgas novecentistas. La imitación de cantantes populares famosos por los mass media resulta digamos en un mal imitador, Rodolfo me va a matar aquí, que los carnavaliza y es ésta parodia, paradojal, la que el público de Rodolfo gusta. Ya que al "carnavalizar" pone del revés y es este revés lo que al públco atrae. La foto A VER A CUBA ME VOY de los carnavales de los 50, se trata de un tablado callejero, nos introducirá por la llegada de la música tropical y cubana a los carnavales de oro. Homenajearemos a Lecuona Cuban Boy, Xavier Cugat, Armando Orefiche y Pérez Prado, a sus rumbas, congas como El carnaval del Uruguay; mambos y cha cha chas.
ENTREVISTA A XAVIER CUGAT :Fabuloso este video del columnista de La República. Se reconocen personajes y artistas populares que se hicieron famosos en Uruguay (si es que cave el asunto de la fama en este paìs) e internacionalmente: Rosa Luna, Los Patos Cabreros. Fosforito, Alberto Castillo. Pero nuestro interés aquí es por los grupos cubanos. Vemos que desfilan los carros de Lecuona Cuban Boys y de Dámaso Pérez Prado el "Rey del manbo" ,"Saludos al pueblo del Uruguay" dice el de Pérez Prado. En el de los Lecuona Xavier Cugat sonríe a la cámara con una diva que era nada menos que Abbe Lane, actriz y cantante norteamericana. Los Lecuona Cuban Boys, que habían introducido la música latina en los EEUU, era ya una famosa orquesta tropical internacional, fama en parte ganada al participar de los carnavales del Uruguay ya desde la década de los 40 hasta por lo menos 1955. Su amplio repertorio de rumbas, congas, mambos e invención del cha cha cha, deleitaba a los públicos de bailes carnavalescos del Solís, el Teatro Artigas, los hoteles internacionales como el Carrasco, los bailes populares de Montevideo, el Hotel Miramar en la playa Carrasco (hoy sede de la Escuela de la Armada) y sus desfiles en carros alegóricos por el principal corso de la avenida principal. Una anécdota sabrosa que pinta por entero aquélla época, es que Armando Orefiche ofreció a Martha Gularte contratarla para llevarla como bailarina a sus giras internacionales y Martha se negó, aduciendo que en el Uruguay era famosa o estaba bien. El mismo resultado con Romeo Gavioli. No hubiera sucedido en nuestro tiempo. Claro que el Uruguay de los 50 era reconocido como la Suiza de América, el maracanaso Uruguay campeón mundial de fútbol y Martha habrá pensado, como todos los uruguayos creían miticamente que, este es el mejor país del mundo. Lo creía también Xavier Cugat en una entrevista que en abril de 1949 le hiciera el periodista R. Obregón, para el Suplemento Dominical El Día, refiriéndose a la forma de vivir la gente y al encontrarse con un particular en Punta del Este, en "traje de fin de semana y sin corbata " Exclamó Cugat "Eso es hermoso ". El particular no podía ser otro que Luis Batlle Berres, que en esos momentos era el presidente de la república. " Nervioso y lustroso" acariciando a sus dos caninos, Cugat se explayó largamente sobre el Uruguay y sus carnavales. " Ah me voy encantado del Uruguay (.....) Nos han tratado como si fuéramos del país. No tengo palabras para expresar nuestro agradecimiento al público del Solís y de 18 de Julio (......) Yo creo que se puede hacer mucho por el Uruguay en el extranjero. Es aún poco conocido en los EEUU ". Aunque participaba en nuestro carnaval la Reina de Montevideo en Minnesotta quien además hacía acto de presencia en las Fiestas de la Vendimia de Colón y adyacencias. Siguió siendo poco conocido a pesar de la propaganda de los Lecuona y la orquesta de Xavier Cugat. Fueron los uruguayos emigrantes de las posteriores décadas quienes difundieron el carnaval uruguayo, a través de las murgas, en los EEUU y fundamentalmente en Nueva York. Cugat era sobretodo un excelente arreglador, país que visitaba tocaba sus ritmos locales y nacionales aunque siempre mediante un toque que lo adaptara al mercado americano. Así para difundir el tango le agregó castañuelas y un ritmo más movido pues en EEUU consideraban que el tango era un tanto triste. Quería darle rimo de Fox al candombe y propagarlo mediante discos e impresos. Nuevamente quedaría para el futuro de esta entrevista realizar los deseos de Cugat. Recién por los 60 a 70 Opa de los Fatorusso y Rada difundirían el candombe a ritmo de mesclas beat y rock. "El carnaval del Uruguay es extraordinario" continuó Cugat en la entrevista, embelesado con la Tazita de Plata, sin haber pisado lógicamente los "pueblos de rata" del interior o los rancheríos ya incipientes de la periferia de Montevideo. Al transitar por las postales y centro de Montevideo, Cugat quedó encantado: es un país con playas, un ejército que no interviene en la política, no hay pobres, no he visto ningún mendigo, toda la gente viste bien; en suma Uruguay es un país maravilloso. No esperaba Cugat que el candombe se mesclara en el futuro con tantas manifestaciones culturales y hasta con la nueva era o las danzas alternativas como un video que pronto colgaremos en este sitio. Ya lo hacía con el tango, no olvidar a Alberto Castillo y Romeo Gabioli, porque no lo iba a hacer con otros ritmos y danzas. Bastaba que sus cultores ensayaran y crearan.
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